por Cesar Alanis *
EL "FULBITO" DE LOS SÁBADOS
En cualquier rinconcito de la Argentina, la mayoría de los que aman el futbol, esperan ansiosamente la llegada del fin de semana para jugar al “Fulbito” de los sábados junto a los amigos.
En Rio Cuarto no es la diferente y mucho menos para Claudio “El Pelusa”, a pesar de sus casi cincuenta años posee una energía inagotable y una enorme pasión por el futbol, Claudio con su alegría de siempre se convierte en el alma del equipo.
Se levanta temprano, se toma unos ricos mates, callado mirando a la nada misma y comienza el ritual, prepara sus botines, vendas y la camiseta del club de sus amores conversa con su esposa, se despide de ella y parte hacia la cancha al encuentro esperado con sus amigos, donde comienzan las charlas, las bromas mientras se preparan todos juntos para el partido. Es allí cuando, a pesar de pasar los años, corre un cosquilleo dentro de cada uno como si fuera la primera vez que entran a una cancha de futbol.
Comienza el partido y “Pelusa” juntos a sus camaradas, entregan todo, y Claudio con su liderazgo que lo caracteriza organiza el equipo para así llevarlo a un triunfo emocionante sobre la hora. Festejan y se abrazan al finalizar el partido y minutos después se olvida lo sucedido dentro del campo para comenzar con el segundo ritual, el asado.
Acá también, Pelusa se destaca por ser el organizador, es gracias a él que nunca falta nada y todos pueden disfrutar el momento como si estuvieran en el mejor restaurante y atendidos por los mejores mozos. Allí se discuten lo sucedido durante el encuentro antes finalizado y por supuesto no faltan las historias de siempre, que entre risas y gastadas, se repiten sábado a sábado pero nunca se cansan de contar. Más tarde, todos se despiden y parten para sus hogares y prometen no faltar el próximo fin de semana.
Claudio llega a su casa, en donde su familia lo recibe y es la hora de contar como le fue en el partido, donde parece que hubiera jugado la final de la copa del mundo, dando detalles de aquella jugada del segundo tiempo cuando “casi” mete un golazo inolvidable.
Quien puede oponerse a que estos momentos son los que nunca deben faltar, son los que mantienen con alegría a las personas, pudiendo compartir esos momentos que esperamos siempre para disfrutar con los que queremos, por eso es que no se tiene que acabar nunca el “Fulbito” de los sábados, sino pregúntale al “Pelusa”.
* Estudiante de PD – Materia: Culturas, Deportes e IC